Sobre Lubricán:
 
"En la poesía de Tamara Orellana, la voz es señal de individualidad y de invocación a lo otro, sin ser íntegramente nada de esto. Sus poemas implican querer escucharla y no solo leerla, se sostienen en el límite de los ojos; son escritos de amor despojado, en que dibuja los márgenes de un mundo afectivo a modo de sombra".  Rodrigo Arriagada Zubieta
 
Sobre Piedras preciosas:
 
"La luz que atraviesa este libro es bálsamo, pero también erosión. Es libertad y deterioro. Como el principio de incertidumbre de Heisenberg, nos permite ver al tiempo que alteramos aquello que vemos. ¿De qué se esconden los animales cuando están heridos?, se pregunta la voz fracturada de Piedras preciosas, apoyándose tanto en la piedad como en el desconsuelo. Los diamantes solo se dejan lastimar por los diamantes, nos dice. Y entendemos perfectamente de qué habla". Luis Chaves
 
Sobre Todos los árboles:
 
"Y en ese bosque, lo que encontramos es una voz que, a medida que lo construye,  recuerda largas y extrañas conversaciones a las sombras de otros bosques. Como en los árboles viejísimos que al superponer una capa y otra de crecimiento terminan deglutiendo y encapsulando entre sus anillos al hierro que se apoyaba a su fuste o la cadena que lo ataba; esta voz también guarda algo en su interior: el recuerdo de una lejanía o una ruptura, o las dos, ramificadas y superpuestas, hilvanando un reclamo a la desazón, una desilusión al recorrido". Federico Falco