Por Soledad Escobar
Lo más bonito de leer a Tamara es que uno puede adueñarse de sus palabras y así descubrirle el sentido a cada una de las metáforas y a cada una de las imágenes y si eso no se encuentra en la propia experiencia uno lo puede soñar, porque leer Lubricán es un conjunto de imágenes que juntas arman el rompecabezas de una película.
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